«El paseante pasa de conmovedoras reflexiones sobre su estilo de vida a lucidas e irónicas criticas sobre los editores, la literatura de la época y de su música. Walser nos dirá como los editores siempre se creen con derecho a dar consejos en cuanto a como escribir y que “ese seductor canto de sirena ha arruinado ya mas de una naturaleza débil” y en cuanto a la literatura considera que nunca llego a la cumbre como escritor ya que a diferencia de Goethe, “… tenia muy poco instinto social. Actué casi de espaldas a la sociedad… me entregué demasiado a mi personal placer. Si, es cierto, tenia condiciones para convertirme en una especie de vagabundo, y a penas me resistí a ello. Este aspecto subjetivo irritaba a los lectores.”»
18 de julho de 2012
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