22 de dezembro de 2012

Venho de Sevilha a toque de Piglia

«Una vez mi padre me dio un consejo que nunca pude olvidar: “También los paranoicos tienen enemigos!”, me dijo, a los gritos, en el teléfono, tratanto de hacerse entender desde la lejanía, en febrero o marzo de 1957. No era un consejo pero siempre lo usé así: una máxima privada que condensa la experiencia de una vida.
Hay hombres sobrios y aplomados, a los que la desgracia los quiebra por adentro, sin que se vea. No saben quejarse, son ceremoniosos y gentiles, piensan que los demás actuarán con la mesma magnanimidad que ellos usan en la vida. El punto de máxima ruptura se produce cuando empieza el desengaño.
En esos días, en medio de la desbandada, en una de las habitaciones desmanteladas empecé a escribir un Diario. ¿Qué buscaba? Negar la realidad, rechazar lo que venía. La literatura es una forma privada de la utopía.»







«Los textos de este volumen no requieren mayor elucidación. Pueden ser leídos como páginas perdidas en el diario de un escritor y también como los primeros ensayos y tentativas de una autobiografía futura.
La crítica es la forma moderna de la autobiografía. Uno escribe su vida quando cree escribir sus lecturas. ¿No es a la inversa del Quijote? El crítico es aquele que encuentra su vida en el interior de los textos que lee.
En esa línea ha sido decisiva para mí la sorprendente anotación de Faulkner en su prólogo inédito a The Sound and the Fury. “Escribí este libro y aprendi a leer.” La escritura de ficción cambia el modo de leer y la crítica que escribe un escritor es el espejo secreto de su obra.
En este libro he trabajado sobre relatos reales y también sobre variantes e versiones imaginarias de argumentos existentes. Pequeños experimentos narrativos y relatos personales me han servido como modelos microscópicos de un mundo posible o como fragmentos del mapa de un remoto territorio desconocido. La literatura permite pensar lo que existe pero también lo que se anuncia y todavía no es.»

2 comentários:

Claudia Sousa Dias disse...

Feliz Natal Fallorca! e viva inconforismo.

fallorca disse...

Boas festas, Pantera
(é melhor conter-me; fiufiu...)